Blogia
Eñes, acentos y espacios.

De hoyos y bollos

Invitación de G. vía sms:

Nena, vienes al entierro del padre de J.? Es a las 17h. Te recojo a menos cuarto.

Le contesto:

No, gracias! Cómo se te ocurre pensar que quiera ir a ese entierro? Pásate a la vuelta.

Me contesta:

Como quieras, a la vuelta me paso, compraré dulces para tomar el café de la tarde.

Así que, cuando llega a casa con sus dulces le pregunto:

- Oye, por qué me invitas a un sepelio, coño? Encima de alguien que no conozco, esto es grande…

- ¡Mira! (indignado él)¿Que no conoces tú al padre de J.? Que sí, mujer, ese hombre que vive por allí por debajo de la casa de tal...niña, ese que tenía la boca mu grande, y que iba andando así…coño,¡el padre de J!

- Que no, G., que no lo conozco, no sé quién me dices!

- Pero chiquilla, ¡que sí!, si ese hombre tenía la boca así mu grande, coño, que siempre estaba andando por ahí por donde vive mi amiga tal...no sabes? criatura, que sí! mira que no caer...

- Yo conozco a J., pero de la calle y de ir a su bar, a su padre no, no te empeñes, además, q no, que no tenía yo compromiso ni ganas.

- A ver quién va al tuyo luego, bonita! Pues estaba su amigo S., ese sí que estaba. Yo he ido pa dejarme ver, tú sabes…me gusta hacer acto de presencia y acompañar a los muertos en su último viaje, total…qué me cuesta si no estoy haciendo nada mejor.

- Pues deberías tener algo mejor que hacer, no? ¡digo yo!

-     Bueno. Que S. sí que estaba, pero su novia ni el amigo de su novia, ni los amigos del amigo de  su novia...no, yo es que iba pensando, a ver si va mi rubio, con lo que me gusta, y lo que me mira,¿verdad? acuérdate del día que jugó el Sevilla, niña, me miraba a mi más que a la pantalla! cómo me pone el niño…Y es que cuando vi a su amigo S. bicheé por si andaba cerquita, pero qué va, ningún maestro había, y eso que son taaaaaan amigos de J., verdad? pues se ve que estará de descanso y se habrá ido a su ciudad, porque mañana hay cole, no? Con estos maestros nunca se sabe…

- Ah, ¿me dices que has ido al entierro del padre de J. para ligar con el maestrito rubio?

- Hummm, hombre, hermana, visto así…no. Por cierto, que J. llevaba una camisa verde “pitasho” demasiado llamativa, y no se le veía muy afligido, no, ni a su familia tampoco, qué cosas, parecía que fueran a un entierro ajeno, o a una comunión!qué ropas...

- Bueno, tú has ido a ese entierro a ligar, así que ya estás calladito.

- Está bien, iba con esas miras, y qué, no pasa nada, ¿no? Total, el muerto al hoyo y el vivo…Si J. parecía que iba a una boda, coño, qué camisa!

- Pobre hombre…Eres lo peor, mira que ir a un entierro a flirtear…

- Para nada, porque al final no he visto a mi amado, así que…¡mira cómo están hoy estos dulces! hummm. Está listo el café...?

 

0 comentarios